La muwashaha : es ante todo, un poema, un género literario
que pertenece al dominio de lo escrito, mientras su música es competencia de la
transmisión oral. No es un género muy difundido, y su audición atañe más bien a
los entendidos. En el magreb este poema cantado se apoya en la núba, ya que no
posee un movimiento espesífico; en el Mashriq se considera un género difícil
que se enterpreta cada vez menos.
La muashaha nació en al-Andalus, y se la supone inventada por Muqaddam
ibn Mu’afa de Qabra (hoy El Ciego de Cabra) a finales del siglo X. Los
occidentales la suelen describir como un canto estructurado en estrofas y
estrillo , pero curiosamente, cuando se interpreta con voz e instrumentos la
noción de estribillo apenas destaca, pasa inadvertida tanto en el Magreb como
en el Mashriq. La existencia del
estribillo implica la idea de una serie de estrofas separadas por un
ritornello que debe repetir el mismo verso y melodía ; ahora bien, si esta
estructura parece evidente en el repertorio de los Achyk-s turcos (bardos itinerantes de
Anatolia), no lo es en absoluto en la audición de la muwashaha. Su compleja
estructura puede incluir una fórmula musical repetitiva, como retomar la frase
inicial a modo de conclusión, pero eso no constituye un verdadero estribillo .
El Zéjel : poema cantado en lengua dialectal (contariamente a la muwashaha
que se redacta en árabe clásico o semi-clásico) se extendió por próximo
Oriente ; y tal como la muwashaha sobrevive aún en el repertorio popular
de Egypto y Líbano. El Zéjel esta compuesto según sus teóricos, por tres
partes:
Esta distribución recuerda también al romance (futuro castellano) … con toda probabilidad, la apareción
del Zéjel es posterior a la muwhashaha ; algunos lo han atribuido incluso
a Ibn Báya, otros a la inversa han visto en él un fenómeno anterior.
La aportación Otomana
En el discurso melódico aparecen otros detalles que complican la
relación entre texto y sonido, volviendo a cuestionarla, tras tocando el
equilibrio entre poesía y música tan fondamental en el múndo árabe. En los
poemas cantados del repertorio arábigo-andaluz se deslizan ciertas sílabas que
prolongan el discurso musical, son sílabas desprovistas de sonido pero cuya
introducción obedece a ciertas reglas , Dichas sílabas han recibido el
nombre de « taratin .. hanáná ..yá lalan …etc » a prencipios de nuestros siglos estas
sílabas fueron interpretadas en Egipto como desnaturalizacíon o deformación de
la lengua, e incluso se trató de supremirlas de la muwashaha. E, cualquier caso
parte integrante del repertorio arábigo-andaluz, pero la cuestión de su origen
estrictamente árabe es compleja, desde el momento en que una composicón turca
de gran envergadura, el Núva kár del compositor otomano Itri (finales del siglo
XVII), recurre a la serie « yá-la-lán y yá-
lá-lal-lí », que es la misma del arte arte arábigo-andaluz . En cuensicencia,
sería preciso ampliar un debate que sólo trata la música arábigo-andaluza en
una relación socio-histórica entre al-Andalus y el mundo árabe de hoy, con
posibles incidencias sobre la Edad Media. La llegada del imperio otmano
crea confusion ..
Habría que incluirlo en un estudio sobre el alcance de la música
arábigo-andaluza y sus repercusiones más directas ? La propuesta no es
inaceptable, ya que se admite tácitamente que la influencia otomana es
perceptible en varios aspectos der repertorio, aunque éste haya conservado su
estructura original regulada por el estilo responsorial y antifonal. Además la
influencia otomana es interesante por otros motivos. En el Próximo Oriente, y
particularmente en Alepo, numerosas muwashahas están basadas en cieclos
rítmicos que pueden extenderse a compases de 24/4 , un procedimento que no es
propiamente árabe sino nacido con el tiempo otomano y que lleva su marca.
Algunas muwashahas garantizadas como auténticamente andaluzas tienen de hecho
factura otomana.. Sería conveniente un estudio comparativo de la muwashaha y su
aquivalente otomano (el sharkí) con el fin de entreabrir una puerta sobre las
relaciones musicales turco-árabe. Recordamos también que en Argelia del siglo
XIX se llamaba Núba tanto al repertorio musical transmitido por el imperio
otomano, constituido esencialmente por música militar como a la herencia de
al-Andalus . No obstante, la opinión general, tal como la recoge
Christianowitsch (1863, 8), se inclinaba hacia el modelo otomano engañándose
por completo , pero también queriendo reconocer las aportaciónes del Imperio.
Esta influencia sólo es perceptible en las piezas de obertura de las Núbas de
tradición tunecina y argelina, cuyo vocabulario está cargando de connotaciones
turcas, como la obertura bashraf , transmitida por el Imperio
Otmano